El Hotel Alfonso XIII de Sevilla fue ideado para convertirse en el hotel más lujoso de Europa. La construcción de este monumental establecimiento se inició en 1968, incorporando la rica y tradicional estética de la herencia andalusí, siendo en sí mismo un punto turístico para quien viaja de vacaciones a Sevilla.
El vacacionista tendrá la posibilidad de hospedarse en una de las 147 habitaciones –19 suites entre ellas– decoradas con mucho requinte y pensadas minuciosamente para el confort de sus visitantes, que hospedándose allí están el corazón mismo del centro histórico de la ciudad del Carmen, a orillas del Guadalquivir, y a pocos minutos de La Giralda, Los Reales Alcázares y el famoso barrio de Santa Cruz. No es coincidencia que el Hotel Alfonso XIII de Sevilla sea el hotel de elección de famosos que necesitan alojamiento en dicha ciudad. Centro social de Sevilla, el Hotel Alfonso XIII sirvió y continúa haciéndolo a familias reales, jefes de Estado, y numerosas personalidades del mundo político, artístico y social del mundo entero. Su distinguido servicio está atento a las necesidades del huésped las 24 horas del día. Cambio de divisas, cajas de seguridad, periódicos internacionales, alquiler de vehículos con o sin chofer, galería comercial y servicio de mayordomía, entre muchos otros están disponibles al minuto que el vacacionista lo requiera. El hotel también entrega sorpresas al paladar del huésped, que puede optar entre probar lo más tradicional de la cocina sevillana, o lo más internacional y hasta exótico. El Hotel Alfonso XIII cuenta con dos servicios de restaurantes. Uno de ellos es el elegante restaurante San Fernando, que sirve exquisita comida nacional e internacional en una atmósfera clásica y refinada. El otro es una propuesta más globalizada, el restaurante "Kaede" japonés; ubicado junto a la piscina, tiene un amplio menú con livianas delicias del país oriental, especiales para unas vacaciones refrescantes y saludables. Y las sorpresas de este hotel continúan son muchas más, aunque es difícil citarlas todas, y más aún poner en palabras la sensación de distinción que ofrece su sofisticado ambiente.
